viernes, 5 de abril de 2013

Pan de coco y coco loco



Me he dado cuenta de que tengo dos problemas... bueno, tengo muchos más pero en concreto dos sobre los que quería reflexionar hoy:

  • cuando me gusta hacer una cosa no me limito a una, por lo que tengo que tener cuidado con lo que me gusta hacer (tanto por costes como por espacio)
  • cuando las tengo hechas no sé qué narices hacer con ellas. Generalmente lo regalo y es algo que seguiré haciendo porque me gusta. Pero ahí también tengo dudas porque muchas veces cuando algo se regala sin que el otro lo pida puede que no se valore lo que tú - que lo has hecho con cariño - lo aprecias. Luego están algunos que les das algo y no les gusta - que es normal - pero que te lo dicen "con todo el cariño". No sé.... a veces la frontera entre la sinceridad y la educación es difícil... Yo apuesto siempre más por la educación ya que es más positiva en inspiradora que la "sinceridad" mal entendida. De hecho, cuando alguna amiga en el pasado me ha pedido que sea sincera con algo y lo he sido plenamente, después empezaban los problemas, me echaban en cara mis comentarios, etc. Ya no conservo esas "amigas" pero sí me enseñaron que lo de la "sinceridad sin tapujos"... como que no.


Igual os parecen dos aspectos tontos, pero limitan mucho las ganas "de hacer". Entre eso y la falta de tiempo (y la acumulación de kg si hablamos de pasteles) hace que esté pasando por un momento un poco bajo.

 Esta mañana bajo la ducha se me ocurría: si hubiera un lugar donde poder llevar las cosas que "sobreproduzco" o que cocino  para la gente que no tiene dinero para gastar en "chufleterías" (como diría mi madre), o para niños que ven más limitados sus caprichos, sus juguetes, su alegría... hoy en día no hay que ir muy lejos para esto... Una red de mucha gente que canalice los "excedentes" de las personas que hacemos manualidades puedan tener una salida solidaria o útil, o que monte talleres para niños... Igual estoy buscando dar sentido a algo que no lo tiene, que es ocio puro... pero igual no... igual sí que puede tener un rol más humano... No sé, no sé,  ¡no sé!... quizá no es bueno escribir cuando tienes las hormonas revueltas porque parezco una adolescente utópica... Igual en dos días reedito el post y borro esta chorrada...

Cambiando de tercio... Se acerca el cumpleaños de mi padre y he de ir pensando en algo. Y ese algo tiene que tener como protagonista principal el coco.



Ahora me da por buscar recetas por Pinterest y buscando coco-inspiración topé con este "pan de coco", que después de hecho me ha parecido más bien un bizcocho de coco. Pero de momento se me vinieron a la mente unos panecillos que probé en un viaje relámpago por trabajo a Port of Spain en Trinidad&Tobago. Qué cosa más deliciosa, qué toque más sutil a coco... Lo siento, os pongo los dientes largos y la receta que incluyo no tiene nada que ver (seguiré buscando... ).

No obstante, este bizcocho es muy fácil y rápido de hacer (se puede hacer hasta con niños pequeños tirándote del pantalón todo el rato).

Os dejo la receta por si os gusta el coco (o por si tenéis el coco loco como yo). Originalmente es de Seven Spoons

INGREDIENTES:
- 2 huevos grandes
- 1 y 1/4 de tazas de leche (esta medida viene en cualquier vaso de batidora... buscar la indicación de cup)
- Vainilla: mitad de las semillas de una vaina o una cucharadita de té de extracto de vainilla
- 2,5 tazas de harina (usando la medida de "cup" del vaso de la batidora p.ej.)
- 1 sobrecito de levadura Royal
- 2 cucharaditas de canela
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 taza (cup) de azúcar glass --> yo estoy pensando en sustituirlo en el siguiente por azúcar moreno mascabado
- 140 gr. de coco rallado
- 85 gr de mantequilla derretida pero templada (o fría)

ELABORACIÓN
- Mezclar los huevos, la leche y la vainilla y reservar.
- Mezclar los ingredientes secos (harina, levadura, sal, azúcar y finalmente coco)
- Hacer un hueco en medio de los ingrediente secos e ir echando la mezcla de la leche. Con un tenedor ir removiendo (no hace falta batidora, de hecho esto es como los muffins, que no hay que remover demasiado). Finalmente añadir la mantequilla.
- Preparar un molde (forrar o untar con mantequilla) y con el horno precalentado a 175ºC hornear durante 1 hora. Poned el molde más bien bajo en el horno porque si no se os resecará demasiado por arriba e ir mirando alrededor de los 50 minutos si el interior ya está listo pinchando con un tenedor.




Está muy rico, además se nota el coco cuando lo muerdes.

Bueno... no os descoquéis demasiado este fin de semana!

7 comentarios:

  1. Qué rico Anabel!! No se te ocurra editar la entrada..está muy bien todo lo que dices. Siempre es un dilema si ser sincero o educado, es cierto, pero yo creo que hay que dejarse llevar en cada momento, tampoco lo des mil vueltas.
    La idea de dar salida a tu excedente me parece buena, o podríamos hacer un mercadillo solidario con lo que hacemos y destinar los fondos a alguna ONG que nos atraiga.
    En fin, besos mil

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    1. Gracias Ana! Tienes razón que no debo darle mil vueltas...
      Lo del mercadillo solidario estaría bien o algo similar... Ya veremos si se puede hacer algo (me da tanta pena cuando tiro un pastel...)

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  2. Me quedaba con el pan,... pero al final creo que me quedo con tu reflexión. Compartida 100%. Es difícil encontrar la frontera entre la más estricta sinceridad (que puede llegar a "herir" tu ego) y la más absurda de las reverencias.
    Mucha energía y ánimo para que sigas deleitándonos con tus creaciones!!

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    1. Gracias César!
      Lo peor es cuando se es sincero sin pedir opinión. La verdad es que estoy "herida" por una mega-chorrada, creo que más por la falta de educación que por el exceso de sinceridad no solicitada.
      Mis padres le dieron un trozo de un pastel mío a una persona -que debe aspirar a ser juez de MasterChef- y obtuve el siguiente feedback: "dile que esta vez no nos ha gustado nada, y esa cosa que lleva encima será muy moderna pero no nos gusta".
      .........
      Pues..... "de nada", "ya me esforzaré más la próxima vez a ver si es del agrado de los señores". Jaja. "Una y no más Santo Tomás"

      Si no te gusta algo, no sé tú, yo me callo o si me piden opinión la doy de manera educada y modesta si no me ha gustado mucho.
      Pero bueno... son aprendizajes que nos da la vida.
      Un beso artista!

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  3. Bueno a mi el coco no me mata la verdad (mil perdones por la sinceridad :( ), cuando en otoño hacemos panellets de coco solo me como unos que hago con huevo y no se porque alli el coco queda como camufladito solo se nota un tenue sabor, pero no el en si mismo.

    Las reflexiones, pues creo que no eres la única que cuando algo le gusta....pero luego viene el problema de almacenar, ainssss que bien lo conozco eso. En cuanto a la segunda a mi no me parece una tontería un medio de compartirlo con otros, ojala y sobretodo con niños encontrarás una vía factible. En cuanto a sinceridad o educación, pues me quedo con la primera, no puedo evitarlo, aunque creo que no tiene porque no ir acompañada de educación, creo que una cosa no excluye a la otra. Sinceridad, síiiii, educación, síiiiii. Bueno son modos quiza de verlo.
    Lo que a mi modo de ver sería incompatible con la sinceridad sería la hipocresia (y esa me cae fatal :S ) pero de veras la educación no la podemos dejar de lado.

    Ayyyyyyy, tiras las tartas?? entonces si que ya estas en un punto urgente de hallar una salidita para ellas, que penita :(((, eso no puede ser.

    En fin...besotes y buen finde, y aunque el coco no me encante, si que me encanta tu blog y las bonitas cosas que haces :D

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    1. Gracias Ayla! Te he de confesar que tampoco soy muy de coco (bueno, me gusta mucho pero crudo, directamente cortado), pero esos panecillos que probé aquella vez... y luego está el tema de mi padre, que es que le encanta, así que todo sea por él.
      Me has hecho repensar el tema de la sinceridad... no es que deje de ser sincera desde estas experiencias que cuento, es que he dejado de ser ingenua cuando me piden sinceridad según quien y sé que no quieren oir lo que realmente pienso, sino lo que piensan ellos.
      Yo creo que lo ideal es un equilibrio. Imagina que te dice una amiga: "dime la verdad, qué te parece mi novio", pues si crees -sinceramente - que es feo o mala persona o lo que sea... mejor no se lo digas. Igual ahí la sinceridad mezclard con educación sería decir: no voy a opinar... Soy incapaz de mentir, me cuesta mucho... se me nota... Así que estoy aprendiendo a canalizar la "sinceridad" desde la "educación" y no es fácil muchas veces.... Qué filósofas que estamos...
      Un beso (sincero y educado)

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    2. Bueno no siempre es fácil eso si que es cierto, y a veces te ganas malas caras, pero bueno...como decía el cuento nunca puedes tener contento a todos porque al final eres tu quien paga el pato :((
      Jeje lo del coco u otros sabores, pues es normal a unos nos gusta mas un sabor que otro, cada paladar tiene su historia, y si a tu papa le gusta el coco pues normal que un día quieras buscar una receta que pienses que le va a encantar :D
      En cuanto a la tarta que criticaron con tanta "sinceridad", la verdad que a mi dicho así me suena a grosería (con perdón, que no se quien lo dijo, jeje, solo faltaría que fueran familiares tuyos y yo llamándoles groseros, ay madre!!!), no se...puedes decirlo de muchos modos, decir que no es tu sabor preferido, pero que aun así reconoces que está esponjosa, o que está....algo bueno tiene siempre un plato aunque lleve un sabor que no sea tu preferido. Tu sigue con tus elaboraciones, bonita no dejes que eso te cree una pared delante, no vale la pena.

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