sábado, 21 de diciembre de 2013

Oda al calabacín



Sé que he estado mucho tiempo sin escribir nada por aquí... No es por desinterés, sino por falta de tiempo ya que el trabajo no me ha dejado tener ni tiempo libre, y el poco tiempo libre que he conseguido arañar ya sabéis quién se lo lleva, ¿verdad?

Tengo varias cosas acumuladas para compartir, pero creo que sería injusta si no le concediera un huequecito al calabacín, ese hermano listo pero tímido de la calabaza, y amigo de la infancia de la berenjena.


La verdad es que el calabacín lo uso mucho más y de manera más frecuente que la calabaza, sin embargo, queda en mi mente en un segundo plano.... pobrecito. Así que hoy, querido calabacín, tú que tantas alegrías me has aportado, tendrás un hueco en este blog (no sólo va a ser hacerte un hueco en el estómago).

Según he leído por ahí no se sabe bien de dónde proviene el calabacín, unos lo sitúan por la India, otros por Méjico... Parece ser que es muuucho más viejo que los vampiros.

Yo no entiendo mucho de vitaminas, antioxidantes... (eso se lo dejo a mi padre), pero parece ser que es muy rico en vitamina C, ácido fólico, betacarotenos y fibra (esto sí sabemos bien para lo que sirve). Con lo cual, no está de menos integrarlo en nuestras vidas.
Y lo mejor de todo es que tiene un sabor lo suficientemente elegante o sutil como para "metérselo" a los niños rebeldes  con esas "cosas verdes" llamadas verduras u hortalizas (donde a veces se incluyen las frutas). Este es mi caso, ¡¡y por ello quería hacerle una oda al calabacín!!

Pero como no ando muy poética... qué mejor oda que dos recetitas: una muy muy fácil y otra más... ejem costosa o lenta (pero más festiva)



Pasta con calabacín al curry

La verdad que es una receta que improviso a veces para "meterle" algo verde a Ninke y tiene resultado!

Ingredientes:
1 calabacín grande o 2 pequeñitos
1/2 cebolla
Leche o nata (unos 200 ml)
Queso parmesano rallado
Una pizca de curry
Pasta (a gusto de formas tamaños...)
Lo típico: sal, aceite, pimienta

Elaboración de la salsa:
Pochamos la cebolla rallada
Rallamos el calabacín y lo mezclamos con la cebolla hasta que esté todo bien hecho
Echamos la nata (o leche, en este caso con un pelín de harina a modo de bechamel) y los condimentos: pimienta, sal, curry (al gusto de cada uno)

Hervimos la pasta y mezclamos bien.

Después se puede gratinar con queso parmesano por encima o simplemente servir tal cual con el mismo queso.



La otra receta (de la que no tengo foto final, lo siento) es una lasaña que hago cada año para Navidades por el trabajo que lleva.



Lasaña de calabacín y berenjenas

Ingredientes:
1 kg de berenjenas
450 g de calabacines cortados en rodajas
225 g de mozzarella rallada
600 ml de passata (tomate triturado estilo italiano, se puede sustituir por tomate triturado normal)
6 o 9 láminas de lasaña verde precocinada (antaño la hacía yo... qué tiempos!)
600 ml de salsa bechamel (leche, harina, cebolla, nuez moscada, pimienta y sal)
60 g de queso parmesano
1 cucharadita de orégano seco
25 g de mantequilla
1 ajo
Finas hierbas o hierbas provenzales (yo añado una pizquita de canela)
Aceite

Elaboración:
Preparar las berenjenas: a veces lo hago el día anterior porque es pesadito. Lo que yo hago es corto rodajas de 1 cm de ancho o algo menos y les pongo sal. Las dejo reposar una media hora. Después se limpian, se secan y se prepara una plancha para irlas dorando (unos 7 minutos cada tanda de berenjenas). Así hasta acabar.

Preparar el calabacín: echar la mantequilla en una sartén a fuego medio y mezclarla con las finas hierbas para que tome el sabor.  Es entonces cuando echamos el calabacín para que se vaya haciendo. En el libro pone que unos 7 minutos pero yo como lo pongo todo en la sartén tardo al menos 15 minutos... o más porque tengo que ir dando vueltas para que todas las rodajas se hagan por igual.

Preparar la bechamel (cada maestrillo tendrá su truquillo)



Preparar las láminas de lasaña

Ir montando:

Sobre el molde poner una capa de berenjenas

Encima una capa de calabacín


Encima echar la mozzarella


Después la passata o tomate

Finalmente las láminas de lasaña


Repetir hasta acabar  todos los ingrediente y cerrar con una capa de láminas de lasaña, cubrir con la bechamel y espolvorear el queso parmesano y el orégano.



Es más laborioso, pero de verdad que no os arrepentiréis. Y además no es tan "gordi" como todas la comilonas carnívoras de esta época (cada uno barriendo para su casa, eh?)



De paso aprovecho para felicitar las fiestas, aunque tengo otros posts más dulces preparados que seguro voy compartiendo estos días.


lunes, 21 de octubre de 2013

De calabazas y tartas


¡Época de calabazas!

Me vuelvo a repetir, ya sé que lo dije... pero es que ¡me encantan las calabazas! (las que nacen de la tierra, no que "me den calabazas").
La verdad es que me gusta tanto verlas que a veces las compro para mirarlas... pero luego no tengo hábito de hacer mucho con ellas, y de verdad que quiero incorporarlas a mi vida... Pero no sé muy bien cómo sacarles todo el partido... o igual es la pereza que me puede.

Aún recuerdo el sabor de aquel plato con calabaza y roquefort que no he logrado volver a probar ni reproducir (aunque tengo en mente un experimento... ya os contaré).

La cuestión es que a través del blog de María Lunarillos vi este pastel de calabaza y lo intenté reproducir. Sólo he modificado un par de cosillas pero el resto lo he seguido estricto.

No me ha quedado tan mono como a estas chicas súper-reposteras pero de verdad que está buenísimo (si os gustan los pasteles especiados).

Además otra cosa que me gusta en este tipo de tartas con zanahoria, calabaza... es que parece que estás más en contacto con la "tierra". Ya sé que suena raro hablando de pasteles.... o incluso político (aclaro que no tengo ninguna intención política, y menos de este tipo)... Pero es el feeling que me dan, y me gusta.

Bueno, os paso la receta. Os comento que hice menos cantidad que la estándar que ponen porque así evito tener que tirar nada (eso sí, si podéis haceros de un molde pequeñito de unos 14 cm de diámetro quedan mucho más monas).

INGREDIENTES:

  • 100 ml aceite de girasol 
  • 100 gr azúcar moreno --> yo utilicé la de tipo mascabado (esa húmeda) que da más jugosidad
  • 50 gr de azúcar blanco
  • 2 huevos
  • 150 gramos de puré de calabaza (compré 500 gramos de calabaza que horneé durante 15 o 20 minutos y luego trituré, eliminando el agua por completo)
  • 140 gr de harina
  • 1/2 cucharadita de levadura
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 0,3 cucharaditas de nuez moscada
  • 0,3 cucharaditas de jengibre 
  • 1 cucharadita de canela
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • 65 ml de buttermilk (yo utilicé la misma cantidad de leche y le añadí una cucharadita de zumo de limón dejándola reposar al menos 5 minutos, sin remover)
  • 60 gr de mantequilla
  • 90 gr de queso crema
  • 150 gr de azúcar glass 
  • Yo añadí una gota de esencia de nubes de azúcar y una cucharadita de esencia de vainilla (pero es totalmente a elección personal)
ELABORACIÓN:

  • Mezclar los ingredientes secos: harina, levadura, bicarbonato
  • Batir el azúcar con el aceite
  • Echar los huevos de uno en uno a la mezcla del azúcar con el aceite
  • Incorporar las especias (canela, jengibre...) y la vainilla
  • Incorporar el puré
  • Ir mezclando el buttermilk (o leche cortada con limón) y la harina alternando en varias veces. Batirlo todo bien
  • Incorporarlo al molde previamente forrado o engrasado. Yo utilicé uno de PME de 14 cm de diámetro. 
  • Preparar el horno a 170º y hornear durante 40 minutos o más (hasta que pinchando el centro un tenedor salga limpio)
  • Para la cobertura: batir mantequilla, queso crema y azúcar glass. Se puede incorporar la vainilla o un toque de sabor que se prefiera (ej. concentrados de sabor, gotas de limón...)
  • Las calabacitas las hice con fondant blanco teñido de naranja y marrón. Creo que en MaríaLunarillos también hay un tutorial, pero es algo bastante intuitivo.









martes, 8 de octubre de 2013

Fiesta de cumpleaños "en construcción" y receta del Churro Cheesecake





Los tiempos, definitivamente, han cambiado. Cuando yo era pequeña celebrabas tu cumpleaños el día que te tocaba  y punto, ahí se acababa la historia. Hoy en día no siempre suele ser tan simple. Lo celebras en tu día en intimidad, con los que pilles por casa, pero también el fin de semana que puedas reunir a más amigos. Y si estás de vacaciones lo puedes celebrar una vez más con aquellos que se han perdido alguna de estas celebraciones. Pero ahí no se acaba porque luego, cuando ya te piensas que has cumplido los años 3 veces, lo celebras una cuarta vez más con los compis del cole.

Vamos, casi como esas bodas en las que la celebración dura un mes... 

Esto ha pasado este año con mi niño, no iba a celebrar apenas nada y al final hemos celebrado "nada" 4 veces. La última vez me decía: "mamá, entonces ya tengo 5 años? Bien!!"
Lo bueno es que así puedo practicar con mis pasteles... aunque últimamente no estaba muy en "mode" pastelero...

La fiesta de la que os voy a hablar hoy es la "2 de 4" de mi niño. Leo cumplía ya 4 años, primero lo celebramos en casa con mi madre y una amiga, nadie más. Y esta segunda fue algo fugaz porque ese mismo día nos íbamos a Teruel (para celebrar la "3 de 4" con mi padre).

                               
La cuestión es que como teníamos poco tiempo decidimos hacer una especie de cumple-desayuno para que al menos Leo tuviera un cumple con niños...  los niños de mis amigas.

Por tanto no iba a hacer un mega-pastel. 

Hacía tiempo que había visto lo del Churro Cheesecake y me intrigaba tanto! Todo el mundo decía que estaba tan bueno... Problema: la masa de croissant. La vi en Holanda pero en refrigerado y no me iba a aguantar todo el camino.
Sin embargo, hace poco parece que los amigos de Lidl han decidido traerla y en cuanto la vi compré dos latas.

He de confesar que está buenísimo y es súper fácil de hacer. Lo único que me asustó fue el abrir esas latas.... empezó a expandirse la masa, yo a tirar... no sabía lo que iba a pasar... Y no pasó nada, se ve que es normal porque es como una especie de hojaldre que crece...

Lo malo fue que una vez hecho el pastel me dice mi niño: "mamá, ¿y me has hecho el pastel de la luna que se comió el arco iris?"...
Tierra trágame! pensé... Estaba yo como para lunas y arco iris con todo el lío de trabajo que había tenido... 

Pero entonces una excusa me dio pie a otra idea.

Solución: "no, Leo... te he hecho un pastel de ladrillos, vas a tener una fiesta de constructores!! Yuhu!!"

... VENDIDO!!

Sólo tenía que cortar bien las piececitas del pastel para que parecieran bloques y utilizar sus juguetes para darle sentido al "concepto de fiesta" que habíamos creado sin querer:


Pie de pastel construido con maceta y plato

Compré una pequeña maceta y un plato grande (también para un macetero) y "construí" un pie de pastel rústico.
Del mismo color pinté una huevera que rellené con chuches de esas tan blanditas que compro en una frutería.

Utilicé los juguetes de tipo construcción que más juego me daban:

  • Una grúa para colgar una tarjetita
  • Un camión para rellenarlo de bocadillos (esto lo vi en Pinterest pero ya no recuerdo de quién lo vi)




Finalmente encargué unos pompones amarillos y gris-plata para decorar (no tenía tiempo de liarme a hacer nada, la verdad, aunque he visto miles de tutoriales de cómo hacerlos)




Bueno, os paso la receta porque realmente me encantó esta tarta... Me sorprendió sobre todo el sabor del relleno.

INGREDIENTES:

- 2 latas de masa de croissant (la que os he puesto de Lidl por ejemplo / ver foto abajo
)
- 1 tarrina familiar de queso crema Philadelphia (no recuerdo ahora si es de 300 gr o de 400)
- 1 huevo
- 1 taza de azúcar (coger la medida de cualquier vaso medidor, ej. el de la batidora)
- 2 cucharaditas de canela molida
- 1 cucharadita de esencia de vainilla


ELABORACIÓN:
  • Cogemos una bandeja de horno y forramos la base
  • Abrimos una de las latas de croissant... Cuidado que se escapa!! Tirad, tirad... y sacarla (no se rompe tan fácilmente). una vez fuera tendréis que cortar por aquí y por allá para hacer una base que cubra más o menos la bandeja del horno --> Podéis aprovechar y preparar la masa de la otra lata porque servirá para cubrir por encima.
  • Preparamos el relleno batiendo el huevo, la mitad del azúcar, la crema de queso, 1 cucharadita de canela molida y la vainilla
  • Mezclamos el resto de azúcar con la vainilla y lo apartamos
  • Ahora echamos toda la masa del queso encima de la base que hemos preparado en la bandeja de horno. Extendemos un poco sin llegar a los bordes
  • Cogemos la otra masa que hemos preparado y con la ayuda de un rodillo colocamos simétricamente por encima. 
  • Sellamos bien los bordes para que no se salga la masa en la cocción (esto es importante)
  • Finalmente echamos por encima la mezcla de azúcar y vainilla que habíamos apartado
  • Metemos en el horno que hemos precalentado previamente a 170º
  • Hornear 30 - 35 minutos o hasta que veáis los bordes dorados
Sinceramente... está buenísimo... quizá demasiado para el aspecto tan sencillo que tiene. Una vez más: las apariencias engañan.










miércoles, 11 de septiembre de 2013

Refrescando muebles viejos y antiguos



Estos días que quedaban antes de "la vuelta al cole" de los niños los hemos pasado en un pequeño pueblo al lado de Teruel de dónde es mi padre. Allí tenemos una casa antigua (compartida con mi tío) con muchos recuerdos pero poco presupuesto.

Recuerdo ir muchos veranos o en épocas de Vaquillas... aunque entonces tenía más pavor a arañas y otros bichejos que inevitablemente se cuelan en casas no habitadas. Pero la verdad es que cada vez veo menos... (igual falla mi vista, claro).

Pero sobre todo siento el cariño que tiene mi padre por su casa... creo que no sólo significa un vínculo con sus padres, sino que también es como un símbolo de muchas "cosas" del pasado. Por tanto, desde fuera, sin saber la historia que hay detrás, ésta será una simple o una fea casa... Pero  las vivencias cambian la percepción...

Barbacoa (hecha por mi tío y mi padre) y horno hecho por
mi padre

Bueno, ¡¡y todo esto para explicaros que con un simple bote de pintura blanca podemos refrescar o renovar una habitación!!

Pues sí. Aunque por dentro aún falta miles de cosas, una de las cosas que había que hacer era ordenar y darle sentido a las habitaciones. Así que mientras mi padre trabajaba en su horno de leña (no os imagináis el trabajo!!), yo me puse manos a la obra con una habitación pequeñita donde suele dormir él. Estaba tan horrible que ni hice fotos: un armario estrecho marrón claro, una mesita antigua marrón oscurísimo, una butaca casi podrida, cajas por aquí, cojínes encima del sofá... un caos.



Primer paso: reestructurar y decidir qué tirar: sillón fuera, "a la bachura", cojines al altillo del granero y armario estrecho... pues a la habitación siguiente donde estaba el resto del armario, rescatando de allí una cómoda más estrecha

Segundo paso: limpiar, limpiar, limpiar

Tercer paso: pintar de blanco... una, dos veces (falta pintura!, no puedo dar la tercera capa)



Cuarto paso: pequeños toques de cariño. Por ejemplo, recuperar radios antiguas, paños de ganchillo de mi abuela... o poner unos pomos comprados de Zara Home









Quinto paso: mirar el resultado y pensar... sentirse satisfecha... sentir que a mi padre le va a gustar y que seguro que a mis abuelos también les gustaría... (espero)



También empecé a trabajar en la parte de la entrada de la casa, pero ahí aún me queda trabajo... 
De momento rescaté la máquina de coser de mi abuela (para mí es una joya), la limpié y pinté las patas, pero aún me queda decapar y rescatar la madera original. 
También nos queda restaurar el pozo... otro lujo, verdad? Pues sí, el pozo dentro de la casa es otro reto.



Quería decorar con herramientas antiguas de labranza pero un listillo vino al pueblo hace unos años buscando cosas gratis y un familiar le abrió las puertas y se llevó todo lo que tenían guardado mis abuelos... aún siento rabia.... 1, 2 y 3, yo me calmaré, todos lo veréis... buf, buf... 1, 2 y 3 yo me calmaré... (pero si le pillo al pillo...)

domingo, 1 de septiembre de 2013

'Ya' llegó el otoño

Bueno... Hacía muuuucho que no colgaba nada aquí... Pero hoy me he animado :-)

Estas vacaciones, además de disfrutarlas en Santervás de la Vega -un pueblecito de Palencia-, junto con mi queridísima amiga Cecilia, he tenido el placer de pintarle este mural en su espectacular casa.

La inspiración viene de Reciclagem , Jardinagem e Decoração, donde Ceci vio un árbol genealógico hecho con un árbol pintado en la pared y cuadros de fotos colgados en sus ramas. Bueno, de hecho hay colgados muchísimos, así que os animo a que echéis un vistazo al blog porque realmente vale la pena. Eso sí, está en portugués, pero el arte es universal, ¿no?

Si alguien quiere un mural, acepto  encargos :-)













Cómo veis, me salieron ayudantes :-)