lunes, 21 de octubre de 2013

De calabazas y tartas


¡Época de calabazas!

Me vuelvo a repetir, ya sé que lo dije... pero es que ¡me encantan las calabazas! (las que nacen de la tierra, no que "me den calabazas").
La verdad es que me gusta tanto verlas que a veces las compro para mirarlas... pero luego no tengo hábito de hacer mucho con ellas, y de verdad que quiero incorporarlas a mi vida... Pero no sé muy bien cómo sacarles todo el partido... o igual es la pereza que me puede.

Aún recuerdo el sabor de aquel plato con calabaza y roquefort que no he logrado volver a probar ni reproducir (aunque tengo en mente un experimento... ya os contaré).

La cuestión es que a través del blog de María Lunarillos vi este pastel de calabaza y lo intenté reproducir. Sólo he modificado un par de cosillas pero el resto lo he seguido estricto.

No me ha quedado tan mono como a estas chicas súper-reposteras pero de verdad que está buenísimo (si os gustan los pasteles especiados).

Además otra cosa que me gusta en este tipo de tartas con zanahoria, calabaza... es que parece que estás más en contacto con la "tierra". Ya sé que suena raro hablando de pasteles.... o incluso político (aclaro que no tengo ninguna intención política, y menos de este tipo)... Pero es el feeling que me dan, y me gusta.

Bueno, os paso la receta. Os comento que hice menos cantidad que la estándar que ponen porque así evito tener que tirar nada (eso sí, si podéis haceros de un molde pequeñito de unos 14 cm de diámetro quedan mucho más monas).

INGREDIENTES:

  • 100 ml aceite de girasol 
  • 100 gr azúcar moreno --> yo utilicé la de tipo mascabado (esa húmeda) que da más jugosidad
  • 50 gr de azúcar blanco
  • 2 huevos
  • 150 gramos de puré de calabaza (compré 500 gramos de calabaza que horneé durante 15 o 20 minutos y luego trituré, eliminando el agua por completo)
  • 140 gr de harina
  • 1/2 cucharadita de levadura
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 0,3 cucharaditas de nuez moscada
  • 0,3 cucharaditas de jengibre 
  • 1 cucharadita de canela
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • 65 ml de buttermilk (yo utilicé la misma cantidad de leche y le añadí una cucharadita de zumo de limón dejándola reposar al menos 5 minutos, sin remover)
  • 60 gr de mantequilla
  • 90 gr de queso crema
  • 150 gr de azúcar glass 
  • Yo añadí una gota de esencia de nubes de azúcar y una cucharadita de esencia de vainilla (pero es totalmente a elección personal)
ELABORACIÓN:

  • Mezclar los ingredientes secos: harina, levadura, bicarbonato
  • Batir el azúcar con el aceite
  • Echar los huevos de uno en uno a la mezcla del azúcar con el aceite
  • Incorporar las especias (canela, jengibre...) y la vainilla
  • Incorporar el puré
  • Ir mezclando el buttermilk (o leche cortada con limón) y la harina alternando en varias veces. Batirlo todo bien
  • Incorporarlo al molde previamente forrado o engrasado. Yo utilicé uno de PME de 14 cm de diámetro. 
  • Preparar el horno a 170º y hornear durante 40 minutos o más (hasta que pinchando el centro un tenedor salga limpio)
  • Para la cobertura: batir mantequilla, queso crema y azúcar glass. Se puede incorporar la vainilla o un toque de sabor que se prefiera (ej. concentrados de sabor, gotas de limón...)
  • Las calabacitas las hice con fondant blanco teñido de naranja y marrón. Creo que en MaríaLunarillos también hay un tutorial, pero es algo bastante intuitivo.









martes, 8 de octubre de 2013

Fiesta de cumpleaños "en construcción" y receta del Churro Cheesecake





Los tiempos, definitivamente, han cambiado. Cuando yo era pequeña celebrabas tu cumpleaños el día que te tocaba  y punto, ahí se acababa la historia. Hoy en día no siempre suele ser tan simple. Lo celebras en tu día en intimidad, con los que pilles por casa, pero también el fin de semana que puedas reunir a más amigos. Y si estás de vacaciones lo puedes celebrar una vez más con aquellos que se han perdido alguna de estas celebraciones. Pero ahí no se acaba porque luego, cuando ya te piensas que has cumplido los años 3 veces, lo celebras una cuarta vez más con los compis del cole.

Vamos, casi como esas bodas en las que la celebración dura un mes... 

Esto ha pasado este año con mi niño, no iba a celebrar apenas nada y al final hemos celebrado "nada" 4 veces. La última vez me decía: "mamá, entonces ya tengo 5 años? Bien!!"
Lo bueno es que así puedo practicar con mis pasteles... aunque últimamente no estaba muy en "mode" pastelero...

La fiesta de la que os voy a hablar hoy es la "2 de 4" de mi niño. Leo cumplía ya 4 años, primero lo celebramos en casa con mi madre y una amiga, nadie más. Y esta segunda fue algo fugaz porque ese mismo día nos íbamos a Teruel (para celebrar la "3 de 4" con mi padre).

                               
La cuestión es que como teníamos poco tiempo decidimos hacer una especie de cumple-desayuno para que al menos Leo tuviera un cumple con niños...  los niños de mis amigas.

Por tanto no iba a hacer un mega-pastel. 

Hacía tiempo que había visto lo del Churro Cheesecake y me intrigaba tanto! Todo el mundo decía que estaba tan bueno... Problema: la masa de croissant. La vi en Holanda pero en refrigerado y no me iba a aguantar todo el camino.
Sin embargo, hace poco parece que los amigos de Lidl han decidido traerla y en cuanto la vi compré dos latas.

He de confesar que está buenísimo y es súper fácil de hacer. Lo único que me asustó fue el abrir esas latas.... empezó a expandirse la masa, yo a tirar... no sabía lo que iba a pasar... Y no pasó nada, se ve que es normal porque es como una especie de hojaldre que crece...

Lo malo fue que una vez hecho el pastel me dice mi niño: "mamá, ¿y me has hecho el pastel de la luna que se comió el arco iris?"...
Tierra trágame! pensé... Estaba yo como para lunas y arco iris con todo el lío de trabajo que había tenido... 

Pero entonces una excusa me dio pie a otra idea.

Solución: "no, Leo... te he hecho un pastel de ladrillos, vas a tener una fiesta de constructores!! Yuhu!!"

... VENDIDO!!

Sólo tenía que cortar bien las piececitas del pastel para que parecieran bloques y utilizar sus juguetes para darle sentido al "concepto de fiesta" que habíamos creado sin querer:


Pie de pastel construido con maceta y plato

Compré una pequeña maceta y un plato grande (también para un macetero) y "construí" un pie de pastel rústico.
Del mismo color pinté una huevera que rellené con chuches de esas tan blanditas que compro en una frutería.

Utilicé los juguetes de tipo construcción que más juego me daban:

  • Una grúa para colgar una tarjetita
  • Un camión para rellenarlo de bocadillos (esto lo vi en Pinterest pero ya no recuerdo de quién lo vi)




Finalmente encargué unos pompones amarillos y gris-plata para decorar (no tenía tiempo de liarme a hacer nada, la verdad, aunque he visto miles de tutoriales de cómo hacerlos)




Bueno, os paso la receta porque realmente me encantó esta tarta... Me sorprendió sobre todo el sabor del relleno.

INGREDIENTES:

- 2 latas de masa de croissant (la que os he puesto de Lidl por ejemplo / ver foto abajo
)
- 1 tarrina familiar de queso crema Philadelphia (no recuerdo ahora si es de 300 gr o de 400)
- 1 huevo
- 1 taza de azúcar (coger la medida de cualquier vaso medidor, ej. el de la batidora)
- 2 cucharaditas de canela molida
- 1 cucharadita de esencia de vainilla


ELABORACIÓN:
  • Cogemos una bandeja de horno y forramos la base
  • Abrimos una de las latas de croissant... Cuidado que se escapa!! Tirad, tirad... y sacarla (no se rompe tan fácilmente). una vez fuera tendréis que cortar por aquí y por allá para hacer una base que cubra más o menos la bandeja del horno --> Podéis aprovechar y preparar la masa de la otra lata porque servirá para cubrir por encima.
  • Preparamos el relleno batiendo el huevo, la mitad del azúcar, la crema de queso, 1 cucharadita de canela molida y la vainilla
  • Mezclamos el resto de azúcar con la vainilla y lo apartamos
  • Ahora echamos toda la masa del queso encima de la base que hemos preparado en la bandeja de horno. Extendemos un poco sin llegar a los bordes
  • Cogemos la otra masa que hemos preparado y con la ayuda de un rodillo colocamos simétricamente por encima. 
  • Sellamos bien los bordes para que no se salga la masa en la cocción (esto es importante)
  • Finalmente echamos por encima la mezcla de azúcar y vainilla que habíamos apartado
  • Metemos en el horno que hemos precalentado previamente a 170º
  • Hornear 30 - 35 minutos o hasta que veáis los bordes dorados
Sinceramente... está buenísimo... quizá demasiado para el aspecto tan sencillo que tiene. Una vez más: las apariencias engañan.