miércoles, 11 de septiembre de 2013

Refrescando muebles viejos y antiguos



Estos días que quedaban antes de "la vuelta al cole" de los niños los hemos pasado en un pequeño pueblo al lado de Teruel de dónde es mi padre. Allí tenemos una casa antigua (compartida con mi tío) con muchos recuerdos pero poco presupuesto.

Recuerdo ir muchos veranos o en épocas de Vaquillas... aunque entonces tenía más pavor a arañas y otros bichejos que inevitablemente se cuelan en casas no habitadas. Pero la verdad es que cada vez veo menos... (igual falla mi vista, claro).

Pero sobre todo siento el cariño que tiene mi padre por su casa... creo que no sólo significa un vínculo con sus padres, sino que también es como un símbolo de muchas "cosas" del pasado. Por tanto, desde fuera, sin saber la historia que hay detrás, ésta será una simple o una fea casa... Pero  las vivencias cambian la percepción...

Barbacoa (hecha por mi tío y mi padre) y horno hecho por
mi padre

Bueno, ¡¡y todo esto para explicaros que con un simple bote de pintura blanca podemos refrescar o renovar una habitación!!

Pues sí. Aunque por dentro aún falta miles de cosas, una de las cosas que había que hacer era ordenar y darle sentido a las habitaciones. Así que mientras mi padre trabajaba en su horno de leña (no os imagináis el trabajo!!), yo me puse manos a la obra con una habitación pequeñita donde suele dormir él. Estaba tan horrible que ni hice fotos: un armario estrecho marrón claro, una mesita antigua marrón oscurísimo, una butaca casi podrida, cajas por aquí, cojínes encima del sofá... un caos.



Primer paso: reestructurar y decidir qué tirar: sillón fuera, "a la bachura", cojines al altillo del granero y armario estrecho... pues a la habitación siguiente donde estaba el resto del armario, rescatando de allí una cómoda más estrecha

Segundo paso: limpiar, limpiar, limpiar

Tercer paso: pintar de blanco... una, dos veces (falta pintura!, no puedo dar la tercera capa)



Cuarto paso: pequeños toques de cariño. Por ejemplo, recuperar radios antiguas, paños de ganchillo de mi abuela... o poner unos pomos comprados de Zara Home









Quinto paso: mirar el resultado y pensar... sentirse satisfecha... sentir que a mi padre le va a gustar y que seguro que a mis abuelos también les gustaría... (espero)



También empecé a trabajar en la parte de la entrada de la casa, pero ahí aún me queda trabajo... 
De momento rescaté la máquina de coser de mi abuela (para mí es una joya), la limpié y pinté las patas, pero aún me queda decapar y rescatar la madera original. 
También nos queda restaurar el pozo... otro lujo, verdad? Pues sí, el pozo dentro de la casa es otro reto.



Quería decorar con herramientas antiguas de labranza pero un listillo vino al pueblo hace unos años buscando cosas gratis y un familiar le abrió las puertas y se llevó todo lo que tenían guardado mis abuelos... aún siento rabia.... 1, 2 y 3, yo me calmaré, todos lo veréis... buf, buf... 1, 2 y 3 yo me calmaré... (pero si le pillo al pillo...)

domingo, 1 de septiembre de 2013

'Ya' llegó el otoño

Bueno... Hacía muuuucho que no colgaba nada aquí... Pero hoy me he animado :-)

Estas vacaciones, además de disfrutarlas en Santervás de la Vega -un pueblecito de Palencia-, junto con mi queridísima amiga Cecilia, he tenido el placer de pintarle este mural en su espectacular casa.

La inspiración viene de Reciclagem , Jardinagem e Decoração, donde Ceci vio un árbol genealógico hecho con un árbol pintado en la pared y cuadros de fotos colgados en sus ramas. Bueno, de hecho hay colgados muchísimos, así que os animo a que echéis un vistazo al blog porque realmente vale la pena. Eso sí, está en portugués, pero el arte es universal, ¿no?

Si alguien quiere un mural, acepto  encargos :-)













Cómo veis, me salieron ayudantes :-)